lunes, 12 de diciembre de 2016

feliz encuentro

Cascada de Somo

   
vídeo de la ruta
mapa del recorrido
Estamos en los Picos de Europa. Los altos de Somo y el Mirador del cable se miran de frente.  Cada zona encierra sus motivos de admiración. Desde Fuente Dé se ofrece la posibilidad de admirar esa formidable cascada que forman las aguas en los Altos de Somo y que se precipitan formando una corriente que se une al río Cantiján, procedente de La Remoña. Ese recorrido nos permite admirar la cascada, pero no nos acerca. Si quieres llegar al lugar donde rompe: esta es la ruta.

Cascada en el río Cantiján, desde donde empezamos la ruta
Hemos llegado en Pido al puente de Pontesqué, en sus afueras. Allí hemos dejado el coche, en el inicio de la pista que sube a los Altos de Somo y la Cueva El Moro. Nos asomamos a la cascada que allí mismo forma el río.


El camino resulta corto y agradable. El esfuerzo hay que ponerlo en la subida por el hayedo.
Desde la carretera, mirando a la cascada, a nuestra izquierda, se adentra la pista, que sin abandonarla, nos conduce a su final, por donde bajan las aguas de la cascada.  


Los altos de Somo. A nuestra derecha, no visible, la "V" del salto de Somo.
Unos metros antes dejamos el camino y, apuntando hacia el ángulo inferior de la “V” que forman los dos picos entre los que discurre el torrente, nos dirigimos por hayedos y rocas en esa dirección. Iremos percibiendo el canto de la cascada. No te defraudará.

En este segundo tramo no hay sendero. Es una alfombra de hojas. Se hace muy pendiente. En situación de humedad, es fácil resbalar. Siempre encontrarás un árbol amigo que te frena. Pero, llegarás.

Lugar donde rompe la cascada de Somo

Nosotros extremamos la prudencia en la bajada por estos motivos. En tiempo seco no ofrecerá esta dificultad.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Visita a la cueva El Linar en La Busta (Cantabria)


     
vídeo de la cueva

Interior de la cueva. Esta foto es del salesiano José Luis Mena
En el pueblo cántabro de La Busta encontramos la cueva El Linar. Una foto, cerca de la entrada por donde penetra el agua, nos muestra el relieve de la zona kárstica donde se sitúa esta cueva. Estuvo ahí siempre. Ofrece signos de ocupación de hace 12.000 años, cuando la frecuentaban los humanos de la época Magdalaniense. 
Esta columna es un surtidor de agua
 Hermilio Acalde del Río dio con ella en el siglo XX y comenzaron alguna intervenciones arqueológicas. En las primeras prospecciones de la cueva trabaja el salesiano Jesús Carballo, director del colegio de Santander. A él se le debe el término "espeleología". En el año 1980 se localizan unos grabados. En el año 1997 la declaran "Bien de Interés Cultural".

Estalactitas, estalagmitas, columnas...
Nosotros la hemos recorrido en tres ocasiones: ni en la época prehistórica (casi), ni en la actual. Las fotos son de nuestras diapositivas de los años 1974 1975. Contábamos con el carnet nº -306378, del Grupo de Espeleología  Museo de Prehistoria de Santander.  La entrada la hacíamos por donde entra el río. Los grupos eran alumnos del colegio salesiano de Santander. Varios de ellos con el carnet del grupo de espeleología del Museo. Las fotos nos indican los grados de dificultad; la necesidad del conocimiento de las rutas; la preparación y la prudencia. 



La tercera visita fue una respuesta al fotógrafo de la Central Catequística Salesiana de Madrid, José Luis Mena. Quería, nos decía, sacar una colección de fotos al "subconsciente", que más o menos traducía como una cueva con río.   Varias de las foto se publicaron en la colección que sacó la Central Catequística Salesiana "Educación para el amor". Una excelente y atrevida respuesta educativa. El equipo reducido estuvimos desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Nos quedamos en el primer espacio que a él le pareció apropiado. Dos fotografías del vídeo con las que nos obsequió, una de ellas es la primera que aquí publicamos, son de él. Creo que se notan. 
En los tres pisos de la cueva también hay pasos con dificultad
Visitar el interior de la tierra, se hace con respeto; es como entrar en tu conciencia;  "como ver a Dios por dentro".

sábado, 5 de noviembre de 2016

La Yecla



Desfiladero de La Yecla
La Yecla es esto que ves en las fotografías. Si te gusta la naturaleza; si te gusta el río, si te gusta el cantar del agua y su silencio: La Yecla no te va a defraudar.
 Está a 3 km. de Santo Domingo de Silos. Otra joya inmensa. Cuando te bajes del coche, antes de cerrar la puerta, te quedarás mirando las aristas de los montes y el solemne volar de los buitres. Cierras y sigues contemplando ese espectáculo a cielo abierto. Luego, rebuscas la senda que quieres recorrer. 
Cada peldaño es como ir recorriendo el esófago de ese desfiladero. Un riachuelo, pequeño, como si no cupiera más; va cantando y se masca el silencio. Se oye más tu asombro interior por lo que vas viendo. Casi tus manos tocan las paredes, mientras tus ojos buscan por dónde esas rocas se asoman al cielo, y por dónde el río encuentra su salida. 
Se te hace corto. Quisieras volver a recorrerlo a la inversa. Pero, te puede más seguir mirando hacia adelante, subiendo la cuesta que llega a la carretera. Miras hacia atrás, como si algo se te hubiera quedado allá abajo, en el río, entre las rocas o colgado de aquel azul de cielo. Algo se te queda dentro.

sábado, 15 de octubre de 2016

MIDI D'OSSAU


La cumbre del Midi
No es la crónica de una historia de hoy. Subimos el 3 de septiembre de 1972. El grupo juvenil de montaña Boscos Berri de Salesianos Pamplona disfrutará con el recuerdo. Las diapositivas cambian de color con el tiempo. Pero la ilusión es la misma de entonces. Dos compañeros ya habían hecho la subida anteriormente con otro grupo de montaña de Pamplona. Conocían la ruta.

Está amaneciendo
Salíamos de noche desde Aralar, 7. En el camino: parada y control de la policía. Lista y comprobación de los viajeros. No era de extrañar. Eran otros tiempos. La hora: un tanto intempestiva. Todo en orden. 


en ruta de ascensión

Dejando el autocar, pasamos la frontera por Portalet, intentando dar el menor trabajo posible  a sus vigilantes. Todo en regla y sin problemas.


El pico del Midi d' Ossau tiene una altitud de 2884 m. y se sitúa al Mediodía, del valle de Ossau, en la zona francesa, cerca de Sallent de Gállego. En internet hay una abundante información sobre su historia y su accesibilidad. A mí me resulta muy interesante su lectura.

Uno de los pasos más interesantes
Se trataba de recorrer parte de la ruta durante la noche. Luna llena. Empezábamos la ascensión a las 4’30. Íbamos admirando el amanecer. Lo alternábamos con momentos de descanso y reposición de fuerzas. En algún paso, se colocaron cuerdas. No fueron necesarias; pero, era dura la subida.

El ibón de Pombí
Se acumulará el cansancio, se arrugarán las frentes y se oirá: “¡pero cuándo llega esto!”  
Bueno, pues llegó. 

Saludos por el éxito
Tocaba ahora descansar, mirar, admirar; contemplar las vistas formidables desde aquella cumbre, el Ibón de Pombí; reconocer cumbres ya visitadas: la Zapatilla, el Axpes, Candanchú.

En la cumbre
La ruta de vuelta es la misma que la de la ida. A las 6 de la tarde estábamos en la frontera. Había gente expectante al ver llegar nuestro numeroso grupo. El gendarme habló con nuestro responsable. Se interesó por las novedades. Todo nos había salido bien. Y pasamos.

En la parte española, en Sallent de Gállego, la policía se interesó por saber si estábamos todos; lo comprobó y emprendimos la ruta de vuelta a Pamplona.  




Creo que a partes iguales, cansancio y satisfacción.
En la proyección de diapositivas que hicimos días después, cuyo guión conservamos, están escritos nombres de protagonistas. 

En el video ponemos las dispositivas que entonces sacamos. Los medios de hoy superan los de entonces, ya cansados y un poco mustios de color. Pero los jóvenes, también de entonces, lo recordarán como si fuera hoy.
         entrada al video https://www.youtube.com/watch?v=7rqOEEI_6OM&feature=youtu.be

domingo, 2 de octubre de 2016

La batalla de Toro y Somalo


Colegiata de Toro
La batalla de Toro (1476)  es una lucha de familia entre Isabel la Católica y Juana de Castilla; como antes lo había sido la batalla de Nájera (1367) entre Pedro I el Cruel y Enrique II el de las Mercedes.
Muchas familias implicadas. Me refiero a dos de ellas que participaron en la batalla de Toro, y de las que tenemos algún documento.
-          La carta de hidalguía de la Casa Santander, concedida a Cristóbal de Santander en 1534 y a Pedro de Santander en 1787. Conservamos la copia que poseían en Somalo Eduardo Sáenz de Santander y su esposa Elena Ruiz de Azcárra. (Archivo Inspectorial salesiano  AIS nº  65. 026)

-          La carta en que se confirman los privilegios a la familia Carrasco (1764 y 1790) como descendiente de Antona García, a la que los Reyes Católicos otorgan carta de Privilegio el 24 de noviembre de 1476. También conservada su copia en Somalo. (Archivo Inspectorial Salesiano, AIS nº 65.025
Carta confirmando los Privilegios a la familia Carrasco 
Las dos personas que nos constan a través de estos dos documentos que participan activamente en la batalla de Toro son:
-          Antona García, cuya acción queda certificada por los Reyes Católicos Isabel y Fernando, colaborando en la entrada de las tropas en Toro, por lo que fue ajusticiada por sus enemigos, como dicen, en las rejas de la ventana de su casa;
-          la otra persona que nos consta es Hernando de Santander y su hermano Álvaro, a quienes nombran los testigos de la Carta de Hidalguía por la que contiende Cristóbal (1534), hijo de Hernando, uno de cuyos párrafos reproducimos.
Testigo nº 7 Juan Berzosa, el viejo "home hidalgo de edad de 90 años, dice..."
Y si bien, tanto Antona García como Hernando de Santander lucharon en el mismo bando y por la misma causa en 1476, no es probable que se conocieran en Toro.
Sin embargo, dos de sus descendientes, no solo se conocieron, sino que formaron familia. Son Pedro de Santander (vecino de Alaejos)  y Antonia Carrasco (su familia vive en Alaejos).

Hasta su encuentro, recorrieron dos caminos paralelos, que deducimos de sus cartas de Hidalguía y de Privilegios
El origen de Pedro de Santander lo encontramos en Alonso Fernández de Santander, que situamos “en la casa solar de Adarzo Montañas de Santander”; a su hijo Hernando (1476) ya le hemos visto en Toro; a Cristóbal, hijo de Hernando, le sentimos contendiendo por la Carta de Hidalguía que se remontará a los tiempos de Carlos I y nos aporta los testigos de sus antepasados.
Las familias siguientes las encontraremos en la carta de Hidalguía de Pedro de Santander; son: Gerónimo; Martín (1) hacia el año 1577; Martín (2) en 1615 casado con Francisca del Castillo; Martín (3) que le vemos en Olmedo en 1645 casado con Francisca Villa; Marcos, con partida de nacimiento del año1678, que casa con la noble familia María del Oro Vallejo; de cuyo matrimonio nace  Plácido, que casa con Antonia de la Peña.
De este último matrimonio nace Pedro de Santander que casará con Antonia Carrasco. La Carta de Hidalguía de Pedro y sus hermanos nos sitúa en el año 1787.
Sucesión de diversas casas solariegas que llegan a emparentar
No tan fácil encontramos la genealogía de Antonia Carrasco, de la que sería conveniente rellenar algunas lagunas.
Siguiendo a las familias que nombra en la Carta de Privilegio y Confirmación la Familia Silvestre Carrasco (20.2.1790) (pág. 89) y de Manuel Carrasco, vecino de Alaejos (17.12.1764) (pág. 83) encontramos a Antona García casada con Juan Monroy (pág. 8), que participan en los sucesos de Toro (1476).
Se aportan Cartas en defensa y confirmación de los Privilegios concedidos a sus sucesores Francisco Chico casado con Inés Monroy (viven en Alaejos) (pág. 4, 46, 62) aludiendo a privilegios concedidos en 1501 (pág. 4) y las confirmaciones de ellos en los pleitos de 1553.
Nos gustaría saber de qué hija de Antona García descendían.
Cartas de Pleitos defendiendo los Privilegios
Hay un vacío de información hasta el año 1707 en que Gregorio de Tiedra, vecino de Toro (pág. 74) aparece casado con Bernarda Agustina del Pozo Perlines y Monroy y se les confirman los derechos de sus Privilegios como sucesores de Antona. Sería interesante rellenar este vacío.
Confirmación de los Privilegios a la familia Tiedra
Heredará sus Privilegios su hija Josepha de Tiedra (pág. 80), que suponemos casada con un “Badillo”, posiblemente Manuel, que son los padres de Juana Badillo de Tiedra. Juana Badillo de Tiedra casa con Manuel Carrasco (pág 80) y son reconocidos sus Privilegios en fecha 17.12.1764 (pág. 83). Su hijo es Silvestre Carrasco (pág 89) a quien se le confirman sus Privilegios en fecha 20.2.1790.
Los Privilegios en la familia Carrasco
De esta familia proviene Antonia Carrasco que casa con Pedro de Santander uniéndose las dos familias.

Sólo nos queda añadir cómo llegamos hasta nuestros tiempos y cómo nos han llegado a nosotros estos documentos.
Pedro y sus hermanos Pablo y Agustín ven confirmada su Carta de Hidalguía de la Casa Santander  en fecha 1787. Hemos dicho que Pedro Casa con Antonia Carrasco.
Su descendiente es Agustín de Santander que casa con Josefa González. (1799)
De este matrimonio nace en 1835 Eduarda de Santander que casa con Eusebio Sáenz, que procede de la casa solariega Sáenz de Lezama. Parte de sus años los vivirá en Cuba como General.
Eduardo Sáenz de Santander como propietario de Somalo
Su hijo, Eduardo Sáenz de Santander casará con Genoveva García Villarreal y, al enviudar, casa en segundas nupcias con Elena Ruiz de Azcárraga.

Estos serán los poseedores de la Villa de Somalo en La Rioja después de haberla adquirido D. Léon García Villarreal en la época de la desamortización. Hereda su hijo Eusebio. En su testamentaría Eusebio se la asigna a su hija Genoveva. Al morir Genoveva hereda su marido Eduardo Sáenz de Santander. Al morir Eduardo, Elena Ruiz de Azcárraga hereda de su marido.

sábado, 23 de julio de 2016

Caminos de la Demanda

Curva de los cuatro vientos
Son nombres que con el tiempo hemos ido aprendiendo. Sabemos situarnos en espacios de la sierra de la Demanda y de la sierra de San Lorenzo. Ya los anduvimos por los años ochenta y por los años noventa. Nos quedan muchas reliquias que no hemos besado. No habíamos seguido los Pasos de San Millán, ni habíamos dado con la Ruta de la cueva del santo. 

                 

Hoy hemos hecho ese recorrido pasando por la Curva de los cuatro vientos. Queda muy atrás aquella acampada del 19 de marzo del año 92, en los corrales de Urre. Queda en el recuerdo la subida, por la pista, al San Lorenzo, pasando por las curvas de todos los vientos. Parecía interminable el camino. Hoy, en un descanso de la tarde, en un recorrido de 30 minutos, así rezan los letreros, subimos a la ermita del Santo. Sientes el silencio y la paz.

                

Nos admira el pensar que San Millán estuvo buscando, y la encontró, una cueva para quedarse. Le rescató el obispo para las tareas pastorales de su pueblo; pero, se nos volvió a esta soledad eremítica.

Recorriendo el libro que escribió el Cardenal Fernando Sebastián, me he encontrado con esta frase: “Abre el corazón a la belleza de las obras de Dios y de los hombres”

 Memorias con esperanza. (p. 243)

domingo, 7 de febrero de 2016

El Pozo Azul


El Pozo Azul
  Cuando me acercaba de Santander a Burgos, desde la ventana del coche leía el letrero “Pozo azul”. Quedaba a mi izquierda, dejando trabajar la imaginación. Hoy es mejor zambullirse en internet y admirarse de lo que vas leyendo. 
Desde aquel paredón en el que se abre la cueva del pozo, buceando “on line” entre sifones y plataformas, impulsado por el esfuerzo propio, otras veces propulsados, nos dicen los espeleólogos que ese pozo solo es el nacimiento; que por ahora han recorrido 13 km. del cordón umbilical que le va suministrando la vida.  


Sendero y roca vigilante
Resulta agradable recorrer el sendero de acceso. Es breve. Te encontrarás con aquella roca que parece un vigilante de aquellas alturas. El color azul que toman las aguas profundas te hace mirar al cielo, por si es el cielo quien presta su color. ¡Ilusión! Ni las aguas son azules, ni ese cielo es el cielo ni es azul. Lo dijeron los hermanos Argensola:
Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo, ni es azul: ¡lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!