sábado, 23 de julio de 2016

Caminos de la Demanda

Curva de los cuatro vientos
Son nombres que con el tiempo hemos ido aprendiendo. Sabemos situarnos en espacios de la sierra de la Demanda y de la sierra de San Lorenzo. Ya los anduvimos por los años ochenta y por los años noventa. Nos quedan muchas reliquias que no hemos besado. No habíamos seguido los Pasos de San Millán, ni habíamos dado con la Ruta de la cueva del santo. 

                 

Hoy hemos hecho ese recorrido pasando por la Curva de los cuatro vientos. Queda muy atrás aquella acampada del 19 de marzo del año 92, en los corrales de Urre. Queda en el recuerdo la subida, por la pista, al San Lorenzo, pasando por las curvas de todos los vientos. Parecía interminable el camino. Hoy, en un descanso de la tarde, en un recorrido de 30 minutos, así rezan los letreros, subimos a la ermita del Santo. Sientes el silencio y la paz.

                

Nos admira el pensar que San Millán estuvo buscando, y la encontró, una cueva para quedarse. Le rescató el obispo para las tareas pastorales de su pueblo; pero, se nos volvió a esta soledad eremítica.

Recorriendo el libro que escribió el Cardenal Fernando Sebastián, me he encontrado con esta frase: “Abre el corazón a la belleza de las obras de Dios y de los hombres”

 Memorias con esperanza. (p. 243)

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