En el collado de
Mostrovilde
Es como si
realizaras una yincana en los Picos de Europa y te dijeran: busca una placa en
la que ponga “Ya la naturaleza había dotado al collado Mostrovilde de
suficiente grandeza paisajística. Pero desde ahora será para nosotros lugar
sagrado solo porque algo de ti, estará siempre aquí"
Está a un tiro de
piedra desde el Mirador de Llesva. Desde el Puerto San Glorio, una carretera de
unos tres kilómetros te conduce hasta allí. El monumento al oso te invita a
dirigir la mirada al espectáculo que se contempla desde aquella balconada de
los Picos de Europa.
En el tiempo de la berrea algunos suben hasta este collado de Llesva para escuchar el concierto. El camino que baja a tu izquierda te conducen hasta aquellas rocas negras que te invitan a acercarte.
En el tiempo de la berrea algunos suben hasta este collado de Llesva para escuchar el concierto. El camino que baja a tu izquierda te conducen hasta aquellas rocas negras que te invitan a acercarte.
Allí está la placa,
entre las espectaculares rocas que delimitan ese collado de Mostrovilde… La
primera vez yo la encontré sin buscarla; sin saber que estaba. La segunda, me costó más.
¿Qué me dice?
Siento que es verdad que algo de mí ha quedado allí. En mi fotografía, yo me reflejo. Contactas con otros a quienes no ves; pero presientes. Como esas fotografías que tú sacas: algo de ti estará siempre allí.
Siento que es verdad que algo de mí ha quedado allí. En mi fotografía, yo me reflejo. Contactas con otros a quienes no ves; pero presientes. Como esas fotografías que tú sacas: algo de ti estará siempre allí.
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