Pico de Ori. Mar de nubes |
El monte Ori, para la mitología vasca, es uno de los lugares recorridos por los personajes mitológicos. Mari, la diosa de la naturaleza y de todos sus componentes. Basajaun, el protector de los bosques y de los rebaños. No pretendíamos encontrarnos con ellos.
Belén en la cumbre del Pico de Ori |
El Pico de Ori tiene una altitud de 2017 msnm. Hasta allí
subimos encontrándonos con aquel paisaje de nubes. También entonces, con la
silueta de este precioso Belén, en negro, destacando sobre el algodón de nubes.
Hoy lo ponemos en nuestros pueblos, en nuestras casas, en la
iglesia. Los que creemos en Él, lo llevamos dentro.
En el mapa, te señalan lo que en aquel espacio resulta
invisible, pero es la línea fronteriza entre Francia, con su caída en cortado,
y España, con su acceso más suave. Habíamos dejado lejos el pueblo. Se sentía
la necesidad de descansar y contemplar aquella inmensidad. Relajarse. Nada de
divisar las aguas del Cantábrico; ni las cumbres del Moncayo. Dicen que se
ven en tiempo despejado. Teníamos delante, más allá, los centinelas de otros
montes. Por la ladera, nos llegaba el resoplido de aquellas nubes. Nos
despeinaban; pero no nos removían.
Admirable conjunto de picos enfrente |
Nos señalamos otra ruta de bajada. Queríamos pasar por la
ermita de Nuestra Señora de Muskilda. Está situada en la cumbre del monte que lleva ese nombre; de
unos 1.000 m. de altitud. Su construcción es románica, del siglo XII y se
atribuye al período del reinado de Sancho el Fuerte, el rey navarro que
contribuyó a la victoria cristiana de las Navas de Tolosa en 1212.
Después, a
nosotros nos tocaba seguir bajando hasta llegar al pueblo.
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