Fortaleza Califal
de Gormaz
Es
un cerro de 1.057 m de altitud. Sobre él, la fortaleza en la que se alternaron
las fuerzas cristianas y musulmanas entre los siglos IX y XI. El castillo
anterior, más reducido, es conquistado por los cristianos en el 912.
Reconquista musulmana en el 995 y construcción de la inmensa fortaleza por Al
Haquen II en el 955. Los cristianos
fracasan en el intento del 975, pero triunfan en el 978. Almanzor se apodera en
el 983 y las fuerzas cristianas, de modo definitivo, lo conquistan en el 1059,
reinando Fernando I de León. Su sucesor,
Alfonso VI confía al Cid la custodia de la Fortaleza. Está declarado Monumento
Nacional desde 1931
Tenía
interés y no me ha defraudado. Otros visitantes, con quienes coincidí,
manifestaban lo mismo. Llegué al Burgo de Osma y siguiendo la carretera que
anuncia a La Rasa, continúo a Navapalos, giro a la izquierda para dirigirme a
Vildé. Me paro en lo alto del itinerario porque, a lo lejos, emerge el cerro
coronado por la fortaleza. Atravesado Vildé, el mapa me dirige hacia Recuerda.
Sigo el curso del Duero y me encuentro con el puente que lo atraviesa. A pie,
me subiría a Gormaz. A los caballos mecánicos les está prohibido. Gormáz está a
mi izquierda. Busco la carretera SO-160 hacia el Burgo para localizar el tramo
que me suba al pueblo y a la Fortaleza. Está en el km. 13’50 de la carretera
SO-160. Hay sitio para aparcar.
Nos encontramos en el sur del cerro, ante una muralla de 380 m de longitud, que ocupa toda la meseta. El perímetro del castillo es de 1.200 m. El camino nos ha conducido a la puerta de entrada, que divide a la muralla en dos mitades.
El interior de la fortaleza se encuentra dividido
en dos espacios.
Espacio
de la izquierda. Es el espacio para la tropa y la caballería. Ofrece un aspecto
de cuadrilátero irregular: lienzos de muralla en el sur y en el norte, cerrando
el oeste con muralla exterior y el este con las torres del Homenaje y de
Almanzor, comunicadas mediante muralla interior, que la separa del espacio
noble.
En este primer espacio están parte de las 28 torres que defienden la fortaleza; una puerta pequeña en la cara norte; las dos puertas de entrada en la cara sur y un aljibe que recogería el agua para los animales. Destaca la puerta Califal, en la muralla sur, que identifica de por sí el estilo del califato cordobés. El suelo posiblemente oculte espacios no conocidos. Hay indicios. Desde sus puertas, la vista se pierde en el horizonte y se alegra con los colores de la llanada, el silencio del Duero y la quietud del pantano de Vildé. Es una atalaya infinita.
El
espacio de la derecha es el destinado a las dependencias del Gobernador,
personajes importantes y actividades administrativas. Como el anterior, ofrece
un aspecto de cuadrilátero irregular: lienzos de muralla en el sur y en el
norte, cerrando el este con muralla exterior y el oeste con las torres del
Homenaje y de Almanzor. Es el recinto del último recurso defensivo. Es el
Alcázar. Está separado del anterior espacio por un foso situado ante la Torre
del Homenaje y la de Almanzor que se encuentran unidas y comunicadas por el
interior de la muralla que les une.